Kontext

La gestión de residuos es una de las principales preocupaciones en países desarrollados debido al enorme impacto sobre el medioambiente. Es evidente que la actividad industrial, como casi toda actividad humana tiene un impacto sobre el medio que le rodea. La actividad agrícola que se viene desarrollando en su forma intensiva se considera como uno de los principales focos de contaminación de aguas subterráneas, superficiales y suelos. Esta problemática es especialmente relevante en Andalucía, donde la actividad agraria juega un papel fundamental en el desarrollo socioeconómico. El hecho de que la actividad agraria en Andalucía conviva con una economía apoyada en el sector turístico, hace de la protección del paisaje y los recursos humanos un objetivo fundamental que ha tenido como resultado la adopción de medidas variadas y de diverso alcance para la mejora de la gestión de los recursos agrarios. 
Por tanto, teniendo en cuenta la gran importancia socioeconómica del sector agroalimentario en Andalucía, junto a la necesidad de una gestión correcta de los residuos generados, se hace necesario el desarrollo de iniciativas que, de acuerdo con la normativa, impulsen la reutilización de los residuos agroalimentarios de una manera más sostenible a nivel medioambiental y económico. A nivel europeo, la Directiva 2008/98/CE Marco de Residuos tiene como uno de los objetivos fundamentales la aplicación plena de la jerarquía de gestión de residuos en todos los estados miembros, según la cual, la prevención es la mejor opción de gestión, seguida, en este orden, de la reutilización, el reciclado, la valorización energética y, por último, la eliminación (depósito en vertederos e incineración sin valorización energética).

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En Andalucía, al igual que en el resto de España, no existe capacidad de producción de carbón activado a nivel industrial, de manera que el suministro de este producto depende de la importación. Actualmente, la mayor parte del carbón activo se fabrica a partir de tres tipos de materia prima: carbón mineral, cáscara de coco y madera. Las dos primeras sustancias son usadas como materia prima en otros procesos industriales como la industria energética y la alimentaria, provocando inestabilidad tanto en el precio como en el suministro de carbón activado. Por esta razón, numerosas investigaciones en los últimos años se han dirigido hacia la búsqueda de material alternativo para su fabricación, fundamentalmente material proveniente de residuos. Se ha demostrado que la biomasa proveniente de residuos agrícolas constituye un tipo de materia prima prometedor para la fabricación de carbón activado de alta calidad, siendo esta aplicación extensible a otros residuos agrícolas con potencial gracias a su disponibilidad y bajo precio. Este grupo operativo propone la utilización de la cáscara de almendra y cascarilla y paja de arroz, para los cuales se ha demostrado a escala experimental su potencial como precursores para la fabricación de carbón activado, para el estudio de la viabilidad económica de un proyecto de fabricación de carbón activado en Andalucía a partir de residuos agroalimentarios.

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En el marco jurídico, los residuos agrarios no disponen de una normativa específica, y son tratados en las normativas generales de residuos. En el contexto estatal, la Ley 22/2011, de 28 de julio, de Residuos, en su artículo 12 establece que es competencia de las Comunidades Autónomas la elaboración de los planes autonómicos de residuos. En Andalucía, el marco legal para la aplicación de la Directiva Marco de Residuos es el Plan Director Territorial de Residuos no Peligrosos en Andalucía 2010-2019. El Plan constituye el marco en el que se establecen las bases que deberán regir la política en materia de residuos no peligrosos en Andalucía hasta el año 2019. Para el desarrollo del Plan, se han tenido en cuenta, por un lado, las estrategias establecidas por la Unión Europea para integrar el desarrollo socioeconómico con la conservación del medio ambiente, así como la normativa vigente en materia de residuos en los ámbitos europeo, estatal y autonómico, y por otro, la situación actual de los residuos no peligrosos en nuestra comunidad autónoma.
El Plan Director Territorial de Residuos no Peligrosos en Andalucía 2010-2019 está basado en el Plan Nacional Integrado de Residuos para el período 2008-2015, recientemente sustituido por el Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos (PEMAR), que cubre el periodo 2016-2022, cuyo objetivo es ajustar las medidas necesarias para cumplir con los objetivos legales en los plazos establecidos por la Unión Europea. En este sentido hay que destacar que la Directiva 2008/98/CE Marco de Residuos marca una jerarquía en las opciones de gestión de residuos, la cual se ha visto reforzada en las últimas modificaciones de la Directiva Marco aprobadas en febrero de 2015, que ya han sido incorporadas en el PEMAR 2016-2022.